Quienes transitamos por el trabajo con la infancia en nuestro país, hemos asistido en las últimas décadas a un escenario de tensiones y superposiciones paradigmáticas, que se visualizan en los distintos dispositivos institucionales de respuesta a la vulnerabilidad infantil. Las nociones de amparo y desamparo, han sido deconstruidas y problematizadas para volver a armar una semántica, desde el paradigma de la protección integral. En este sentido, el cometido principal es la restitución de los derechos vulnerados de n/n/a. Nuestro trabajo profesional interdisciplinario, nos sitúa en el desafío de articular tensiones entre el desamparo, la protección y el cuidado, teniendo en cuenta como epicentro, lo subjetivo, lo social, lo cultural y lo jurídico. Partiendo de nuestra práctica profesional articulada con aportes teóricos, nos proponemos acercarnos a algunas miradas sobre las vivencias y marcas del desamparo en los niños adoptados y el impacto de las mismas en la construcción vincular con las familias adoptantes. En su intencionalidad de restitución de derecho a la vida familiar nos preguntamos: ¿la adopción podrá reparar las marcas del desamparo sufrido? ¿ El desamparo puede configurarse como potencialidad?